Un robot en el hospital

Rudy es el empleado del centro médico Davis, que ya tiene más de 2 años de su creación en la Universidad de California. Mide 1,68 metros, pesa 90 kilos y es un robot. Su función principal consiste en permitir que los médicos interactúen con los pacientes recién operados sin necesidad de estar presentes. El cuerpo de este 'robodoc' se compone de una cámara, una pantalla de televisión y un micrófono. Gracias a su estructura, los médicos, los pacientes y los familiares pueden verse y mantener una conversación.  Además, Rudy es capaz de hacer un zoom con el objetivo de la cámara "para aportar una visión de las constantes vitales y de la incisión quirúrgica", explica un artículo publicado en 'The British Medical Journal'.

La máquina funciona a través de la red inalámbrica del centro hospitalario y para su manejo el doctor necesita una computadora, una videocámara con posibilidad de grabar sonido y un joystick. Con estos elementos y los del propio Rudy, el robot puede ser manejado incluso desde fuera del hospital.

Actualmente, el modelo está siendo probado por distintos hospitales de EEUU y una de las cuestiones que se tendrán que esclarecer, dentro de este periodo, es si los pacientes prefieren ver a su propio médico, aunque sea a través del robot, mejor que ver a un especialista al que no conocen.

El objetivo principal de estas pruebas, según recoge la publicación británica, pasa por medir los síntomas de los pacientes recién operados varían cuando éstos son controlados a partir de las visitas tradicionales o cuando reciben 'televisitas'.

El cuerpo de este nuevo “profesional” se compone de una cámara de video, una pantalla de televisión y un micrófono. Gracias a su estructura, los médicos, pacientes y familiares pueden verse y mantener una conversación.

Rudy resulta realmente útil en grandes superficies -como es el caso de este centro hospitalario estadounidense-, ya que evita pérdidas de tiempo innecesarias. Además, el robot cuenta con un dispositivo de zoom que acerca la imagen para ver con claridad la cicatriz de la incisión quirúrgica y leer las constantes vitales que se monitorizan en cada momento.

Este adelanto científico y médico, forma parte de un ensayo realizado por el Centro Médico Davis, que busca determinar si la recuperación postquirúrgica de los pacientes varía en función de si son controlados a través de visitas tradicionales o si se monitorizan telemáticamente con dispositivos como Rudy.

Lars Ellison, urólogo del establecimiento y responsable de la investigación, dirigió un estudio que fue publicado en el último número de British Medical Journal, donde se trata de esclarecer si los pacientes prefieren ver a su propio médico -aunque sea a través de la pantalla de un robot- o a un especialista al que no conocen.

 


Justamente, Ellison participó hace unos meses en un estudio similar en el Hospital Johns Hopkins, de Baltimore, cuyos resultados mostraron que el paciente prefería ver a su médico a distancia, antes que a un extraño en persona.

Para el investigador son muchos los beneficios que presentan estos mecanismos, ya que el uso de medios telemáticos, como robots que permiten visitar y comprobar el estado de los pacientes, sin necesidad de desplazarse hasta su habitación, es seguro y efectivo.

El profesional señala que esta metodología resulta muy práctica cuando el médico está en su casa y desea informarse sobre la evolución postoperatorio de un paciente, pues sólo tiene que conectarse a la red del hospital y dirigir a Rudy a través de un joystick similar a los que emplean los niños en los videojuegos. De hecho, el robot funciona a través de la red inalámbrica del Centro Médico Davis, lo que garantiza una correcta conexión, visualización y escucha durante la visita virtual.

Con este trabajo, los científicos proponen que la telemedicina está cobrando especial importancia, al tiempo que va demostrando su utilidad asistencial. En este sentido, el empleo de sistemas como Rudy, están demostrando ser un apoyo para los profesionales sanitarios en el desempeño de su labor.

Actualmente, el modelo está siendo probado en cuatro hospitales de EE.UU., con el objetivo de medir si existen variaciones en los síntomas de los pacientes recién operados, si son controlados a través de visitas tradicionales o “televisitas”.

De probarse sus beneficios, dispositivos como este resultarían muy valiosos en países como el nuestro, donde muchas veces las características geográficas del territorio nacional, no permiten el rápido desplazamiento de especialistas a regiones extremas.

 

 

En la ciudad de Sacramento (California) se encuentra el hospital UC Davis, uno de los centros médicos más “avanzados” en tecnología robótica. El centro ha puesto en marcha un experimento donde los pacientes interactúan con un robot que sustituye al propio médico. Se trata Rudy, un robot dotado de ruedas para desplazarse por los pasillos y de una pantalla que simula su cabeza.

Los doctores pueden visitar a los enfermos a partir de un equipo informático que tienen en su lugar de trabajo o en su propia casa. Con él controlan a Rudy. Lo dirigen a la habitación que ellos quieren y hablan con el paciente a través de la pantalla que posee en la parte superior. De esta forma, los médicos pueden estar fuera del hospital, pero no por ello desatender a los enfermos. Este robot se encuentra en St Mary's NHS Trust y el Imperial College London.

  Temas relacionados en:

http://www.ucdmc.ucdavis.edu/ucdavismedicine/past_issues/spring2005/features/6.html

 

http://www.intouch-health.com/kron.pdf

 

http://www.sciencedaily.com/releases/2005/05/050519083715.htm

 

http://www.imperial.ac.uk/P6377.htm

 

http://www.sciencedaily.com/releases/2005/03/050309150321.htm

 

 

 

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